¿Sueldos eticos o nacion etica? Un Chile postpinochet busca su destino común.
¿SUELDOS ETICOS O NACION ETICA?
¿Bastará solo con proponer el aumento del sueldo minimo hacia un sueldo etico para ir derribando los muros que excluyen a millones de chilenos del desarrollo economico, politico y cultural, de la voragine del progreso y del bienestar que disfrutan algunas minorias?
No será necesario además la reconstruccion moral y etica de nuestro pais a partir de premisas tales como la solidaridad, el valor de la familia, el valor de lo colectivo, del imaginario social y de la chilenidad.
En la creacion colectiva del ser chileno, del modo nuestro de relacionarnos, debe priorizarse necesariamente el vernos como una sociedad eminentemente democratica con valores cristianos pero abierto a otros dogmas, una sociedad solidaria que busca el bien comun de manera social y politicamente convergente hacia un dialogo social sin exclusiones.
Actualmente en Chile el proceso de individualización se da en un contexto de una sociedad disociada. En otras palabras, la mayor conciencia de ejercer la propia autonomía en la vida se sitúa en el marco de una sociedad fragmentada. La consolidación del yo acontece en el entorno de un débil nosotros. Por consiguiente, la imagen colectiva del país tiende a ser la de una diversidad disgregada, es decir, la presencia de distintas individualidades sin proyecto común y compartido; por ello, los distintos yo (ciudadanos) no logran percibirse como un nosotros (país).
El imaginario colectivo de una sociedad contesta preguntas de fondo: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos? La respuesta a estos interrogantes condiciona la cohesión de la sociedad como grupo y, además, incide directamente en la identidad personal de cada ciudadano. En la medida que el individuo se siente ajeno a la sociedad va perdiendo su sentido de pertenencia grupal, dificultando su propio crecimiento personal; pero también la sociedad se va debilitando en cuanto la diversidad de los individuos carece de lazos sociales.
El Informe del PNUD revela que mientras un 42% de la población entrevistada define lo chileno en términos de costumbre, valores e historia común, un 58% encuentra difícil señalarlo (el 28%) o simplemente lo niega (el 30%). Aún más, el 33% se siente orgulloso de ser chileno, pero el 67% se siente inseguro (38%) o molesto (29%). Por lo tanto, el país carece seriamente de una imagen compartida de lo propio y las respuestas más bien reflejan una sociedad fragmentada y disociada, incapaz de entregar un sentido de pertenencia a todos sus ciudadanos, ya que la mayoría no se percibe identificada con ella. La imagen de un nosotros es débil.
El 44% considera que su vida es el fruto de sus decisiones personales (la mayoría proviniendo de los estratos sociales acomodados), pero el 55% percibe que su vida es el resultado de las circunstancias que les ha tocado vivir (la mayoría de estratos sociales bajos). Por consiguiente, una mayoría de la sociedad no se siente protagonista de su propio proyecto en la vida, reflejando una individualización asocial, es decir deficitaria de un sentido o pertenencia social. En otras palabras, por una parte, la sociedad motiva al ciudadano a soñar y construir su vida, pero, por otra, no le da posibilidades para su realización personal.
Lo nuestro se asocia mas a la inequidad social y al pasado conflictivo en lo politico--> Lo nuestro debe asociarse ahora a la equidad social y la convergencia politica, es un desafio como nacion el romper con las brechas socioeconomicas, pero tambien promover un enriquecimiento cultural basado en valores trascendentales que nos fortaleceran como nacion.
http://etica.uahurtado.cl/informe_ethos/05informe26.htm
¿Bastará solo con proponer el aumento del sueldo minimo hacia un sueldo etico para ir derribando los muros que excluyen a millones de chilenos del desarrollo economico, politico y cultural, de la voragine del progreso y del bienestar que disfrutan algunas minorias?
No será necesario además la reconstruccion moral y etica de nuestro pais a partir de premisas tales como la solidaridad, el valor de la familia, el valor de lo colectivo, del imaginario social y de la chilenidad.
En la creacion colectiva del ser chileno, del modo nuestro de relacionarnos, debe priorizarse necesariamente el vernos como una sociedad eminentemente democratica con valores cristianos pero abierto a otros dogmas, una sociedad solidaria que busca el bien comun de manera social y politicamente convergente hacia un dialogo social sin exclusiones.
Actualmente en Chile el proceso de individualización se da en un contexto de una sociedad disociada. En otras palabras, la mayor conciencia de ejercer la propia autonomía en la vida se sitúa en el marco de una sociedad fragmentada. La consolidación del yo acontece en el entorno de un débil nosotros. Por consiguiente, la imagen colectiva del país tiende a ser la de una diversidad disgregada, es decir, la presencia de distintas individualidades sin proyecto común y compartido; por ello, los distintos yo (ciudadanos) no logran percibirse como un nosotros (país).
El imaginario colectivo de una sociedad contesta preguntas de fondo: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos? La respuesta a estos interrogantes condiciona la cohesión de la sociedad como grupo y, además, incide directamente en la identidad personal de cada ciudadano. En la medida que el individuo se siente ajeno a la sociedad va perdiendo su sentido de pertenencia grupal, dificultando su propio crecimiento personal; pero también la sociedad se va debilitando en cuanto la diversidad de los individuos carece de lazos sociales.
El Informe del PNUD revela que mientras un 42% de la población entrevistada define lo chileno en términos de costumbre, valores e historia común, un 58% encuentra difícil señalarlo (el 28%) o simplemente lo niega (el 30%). Aún más, el 33% se siente orgulloso de ser chileno, pero el 67% se siente inseguro (38%) o molesto (29%). Por lo tanto, el país carece seriamente de una imagen compartida de lo propio y las respuestas más bien reflejan una sociedad fragmentada y disociada, incapaz de entregar un sentido de pertenencia a todos sus ciudadanos, ya que la mayoría no se percibe identificada con ella. La imagen de un nosotros es débil.
El 44% considera que su vida es el fruto de sus decisiones personales (la mayoría proviniendo de los estratos sociales acomodados), pero el 55% percibe que su vida es el resultado de las circunstancias que les ha tocado vivir (la mayoría de estratos sociales bajos). Por consiguiente, una mayoría de la sociedad no se siente protagonista de su propio proyecto en la vida, reflejando una individualización asocial, es decir deficitaria de un sentido o pertenencia social. En otras palabras, por una parte, la sociedad motiva al ciudadano a soñar y construir su vida, pero, por otra, no le da posibilidades para su realización personal.
Lo nuestro se asocia mas a la inequidad social y al pasado conflictivo en lo politico--> Lo nuestro debe asociarse ahora a la equidad social y la convergencia politica, es un desafio como nacion el romper con las brechas socioeconomicas, pero tambien promover un enriquecimiento cultural basado en valores trascendentales que nos fortaleceran como nacion.
http://etica.uahurtado.cl/informe_ethos/05informe26.htm

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